miércoles, 5 de octubre de 2011

México está conformado por un mosaico de culturas y que con ellas convivimos todos los días de una u otra manera.
Como habitantes de cierta entidad o religión y como mexicanos debemos de reconocer la diversidad cultural en México y valorar el patrimonio cultural que tenemos en los pueblos mexicanos.
Actualmente, los grupos indígenas se concentran en lo que era la zona cultural de Mesoamérica, es decir, que aún siguen habitando las mismas regiones desde la época prehispánica hasta nuestros días.

Principales pueblos indígenas


•Las entidades que concentran mayor número de pueblos indígenas son: Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Chiapas.
•Las entidades que tienen menos pueblos indígenas son: Coahuila, San Luis Potosí, Jalisco, Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
•Las entidades que no tienen pueblos indígenas son: Baja California, Baja California Sur, Nuevo León, Tamaulipas, Aguascalientes y Colima.

-La entidad que concentra el mayor numero de población indígena es Oaxaca.

Lamentablemente, las entidades de mayor marginación coinciden con las entidades que tienen mayor número de población indígena.

Las voces de México
Es un derecho de los niños y niñas, aprender a hablar su lengua materna, y una vez dominada ésta, transitar al idioma nacional, que es el español.
Nuestro país, por su naturaleza multicultural y multilingüistica, conserva más de 62 lenguas indígenas, que en conjunto son el medio para la comunicación oral de poco más de 12 millones de mexicanos, muchos de ellos monolingües. Esta característica pluriétnica representa una importante aportación cultural, por la variedad de saberes que expresan conocimiento y relación con la naturaleza a travéz de historias, mitos, leyendas y cantos.

La principal consecuencia de la Conquista de México consumada por los españoles en 1521 fue el mestizaje. Esta mezcla se dio en muy diversos aspectos: desde el más evidente del mestizaje racial, hasta muchas variantes del que podríamos llamar mestizaje cultural, de manera particular el que se refiere a las cocinas. En esta materia alimenticia no hubo conquista sino unión, matrimonio, suma y multiplicación.
El territorio que hoy conocemos como México cobijaba a muy diversos grupos indígenas perfectamente diferenciados entre sí, no sólo por sus variados elementos culturales, como son el atuendo tradicional, la vivienda, las costumbres religiosas o la cocina, sino por algo más tajante y evidente: el idioma.
Cabe recordar que, a finales del siglo xx, nuestro país sigue siendo uno de los principales del planeta por lo que se refiere a su diversidad cultural indígena. Cuando una cultura se empieza a perder o diluir, lo primero que comienza a desaparecer es la lengua propia; por ello, la permanencia del idioma autóctono es el mejor indicador de la sobrevivencia cultural de un pueblo, con sus rasgos originales. Pues bien: a dos años del cambio del milenio, la India es el principal país del mundo por cuanto al número de sus idiomas indígenas vivos, con la cifra de 72 (sin considerar las variantes dielectales). México está en segundo lugar en el orbe con 62 idiomas, en pleno 1998. Para sopesar la importancia de esa posición nuestra, conviene anotar que China tiene el tercer lugar con 48 lenguas y la que fue la Unión Soviética tenía el cuarto lugar con 35. Todas estas cifras no son meras disertaciones lingüísticas; reflejan algo más trascendente, como es la supervivencia pasmosa de cultura ancestrales; en el caso mexicano, la mayoría de las culturas indígenas son de muchos siglos de antigüedad, algunas hasta de milenios.

México es un país de gran diversidad cultural. Al llegar los españoles había en el territorio del actual Estado aproximadamente 170 comunidades lingüísticas de las cuales 60 se mantienen hasta hoy. Con la conquista comenzó por un lado el exterminio de la llamada población indígena y por otro se fue dando con el correr de los siglos una superposición y mezcla de los grupos sociales indígena y colonial. Hoy se estima que el legado cultural de más del 60 % de la población proviene de este proceso transcultural.

En el transcurso de los procesos migratorios que tienen lugar desde hace décadas se han ido transformando comarcas enteras, entre ellas la región del sur, particularmente afectada por el éxodo rural. La migración constante hacia la ciudad de México y las zonas fronterizas del norte, así como el número creciente de emigrantes que se dirigen a los Estados Unidos han llevado a un nuevo tipo de hibridación socio-cultural. Una gran parte de los mexicanos residentes en los Estados Unidos, especialmente los que se consideran "chicanos", ha desarrollado una nueva idea de identidad(es) partiendo tanto del "American Way of Life" como de una más fuerte identificación con lo mexicano.

Los diferentes aspectos y consecuencias de esta diversidad cultural son algunos de los temas más importantes del actual debate político-cultural en México. El levantamiento de los zapatistas ha dado un gran impulso a los esfuerzos de los pueblos indígenas para lograr más reconocimiento cultural y autonomía en Chiapas y en todo el país. Además ha llamado la atención también a nivel internacional.

México, cuya estructura socio-cultural se mantuvo relativamente rígida hasta los años 90, está hoy en una etapa de transformación y marcha, es "punto de encuentro de muchos procesos sociales inconclusos"

Nuestra diversidad cultural, pluriétnica, no podría ser un fenómeno repentino: es el desenlace actual de nuestra historia antigua. Aunque no es posible precisar alguna cifra de manera corroborada, se puede afirmar que en aquellos años de la conquista de Tenochtitlan , de seguro había en México más de cien grupos étnicos diferenciados; naciones indias, les llamaban entonces. Cada etnia tenía sus propias costumbres gastronómicas, si bien con algunos patrones o troncos comunes que eran y siguen siendo, el maíz , frijol y el chile.

El mestizaje gastronómico se inicia en 1521 con la caída de la ciudad de México a manos de los españoles y va desarrollándose después a lo largo de tres siglos, a la par que avanzan las fuerzas militares y religiosas de los conquistadores hacia el sur, el occidente y el norte de esta metrópoli. Hay que recordar que, ya entrado el siglo XVIII, apenas se lograba la conquista, allá por lo rumbos de Sonora y las Californias.